Fascioterapia
Las fascias
La fascia es un tipo de tejido conectivo de aspecto principalmente fibroso y fuerte que cubre todas las estructuras corporales -músculos, huesos, vísceras, vasos, nervios… – de forma continua e ininterrumpida. Les da forma, sostén y protección y permite el intercambio de sustancias entre las mismas.
La fascia está omnipresente en el cuerpo. Sus funciones de transmisión y adaptación hacen de esta técnica natural y en evolución un complemento eficaz de la medicina moderna.

La Fascioterapia
La fascioterapia consiste en la aplicación de presiones suaves sobre restricciones y mediante un pequeño toque, empuje u otra técnica suave y respetuosa del paciente, vamos a actuar de forma profunda y suave sobre todas las estructuras del cuerpo.
Las manos del terapeuta perciben las restricciones y la actividad interna de estas fascias, penetrando suavemente en los tejidos y permitiendo recobrar a las fascias su función.
Las manos actúan como relevos, y sólo intervienen para brindar el apoyo necesario a la dinámica interna del cuerpo. Esto luego pone las estructuras nuevamente en movimiento, libera tensiones y reinicia la circulación (arterial, venosa y linfática).

La fasciaterapia se organiza en torno a 3 ejes esenciales:
1- Los principios activos de la sangre así como la buena salud de nuestras células dependen de su buena irrigación.
2- El equilibrio del sistema neurovegetativo que está condicionado por la estrecha conexión de la fascia con el sistema nervioso central.
3- Las funciones de soporte y protección y red de información que cumple la fascia.
«Dime dónde se ralentiza el flujo sanguíneo y te diré dónde comienza la enfermedad».
Andrew Taylor todavía (1828-1917)
¿Cómo funciona la Fascioterapia?
De hecho, la técnica se basa en dos realidades fundamentales. Por un lado, la noción de fascia (también llamada tejido conectivo), que es una red vasta y compleja que nos conecta desde la parte superior del cráneo hasta la punta de los pies. Pero también, desde la superficie de nuestro cuerpo hasta el corazón mismo de nuestras células. Por otro lado, la fascia también proporciona comunicación entre todas las partes del cuerpo. Esto también incluye nuestro sistema nervioso central con el que mantienen vínculos muy estrechos.

Estrés físico y psicológico
Cirugías, traumatismos, mala postura o un estrés sobre un órgano debido a una mala alimentación, alergias, etc., van a condicionar el buen funcionamiento de las fascias.
Las facias son sensibles al estrés tanto físico como psicológico, dotadas de una capacidad de tensión completamente autónoma que puede alterar la dinámica muscular, articular y biológica del cuerpo, las fascias se van a bloquear y perder su función. Sin embargo, estas microcontracturas suelen pasar desapercibidas y si no se resuelven, o si no se corrigen, el cuerpo se adapta a estos cambios dando lugar a una lesión osteopática o disfunción, tanto mecánica como funcional (dolor en las articulaciones, problemas digestivos, inflamación, dolores de cabeza, etc.).

La Fasciathérapie (Fasciapulsologie) – une technique originale (fasciage.com)